Pablo Álamo, columnista | Foto: Dinero.com

Columnista

Razones del éxito de Colombia y del fracaso de España en Brasil

Ni antes era Falcao ni ahora James: el secreto del éxito de un equipo no está en un individuo sino en la acción, interacción, espíritu y motivación de todos los integrantes del equipo. Y esto es responsabilidad principal del entrenador.

3 de julio de 2014

No es mi intención hacer leña del árbol caído ni mucho menos ser profeta sino compartir algunas lecciones de liderazgo que podemos aprender del Mundial de Brasil, un campeonato que dejará para la historia, entre otras cosas, el final de la etapa más gloriosa del fútbol español y el inicio de la época más esperanzadora de Colombia. Si el éxito tricolor en Brasil era previsible, el fracaso de España era evitable. Y esto hace más dramático el desenlace: “Nos merecíamos otro final”, dijo Iker Casillas visiblemente emocionado.

¿Razones del éxito de Colombia y del fracaso de España en el Mundial de Brasil? Hay una muy clara, quizá la más importante de todas: trabajo en equipo. En el caso colombiano, Pekerman ha logrado formar un verdadero equipo y por el contrario Del Bosque, en el caso de España, no ha podido evitar la desintegración del mejor equipo, al menos europeo, de la historia: ninguna selección de jugadores logró nunca ganar dos Eurocopas seguidas y un Mundial y además haciendo, en términos generales, un gran fútbol.

¿Por qué fracasan los equipos, como ha sido el caso de España? Lo vemos también en las empresas, y puedo decir que fundamentalmente son doce las causas:

• Individualismo excesivo
• Problemas de liderazgo
• Objetivos poco claros
• Reuniones (partidos amistosos) ineficaces
• Conflictos en las relaciones del grupo
• Falta de entrenamiento o preparación
• Exceso confianza
• Falta motivación
• Escasa autocrítica y resistencia al cambio: no se retifica a tiempo
• Amiguismos e injusticias en las decisiones
• Escasa promoción o desarrollo del talento
• La improvisación

Analizando a la selección española, vemos que ella ha pecado en muchos de estos puntos; el más grave de todos, la falta de liderazgo del entrenador y de los capitanes. Pero no ha sido el único: unido a lo anterior, también España ha evidenciado una notable falta de autocrítica y de motivación (que se manifiesta en la garra y la intensidad con la que juegas), además de un excesivo individualismo de algunas de sus figuras; Cesc, por ejemplo, anunció su fichaje por el Chelsea durante el Mundial en vísperas de un partido vital, algo que nunca había ocurrido antes, porque supuestamente son días de máxima concentración. Piqué, por su parte, se saltó una cena de equipo por estar con Shakira. Ya en el campo, Iniesta intentaba más que nunca sacar al equipo adelante con todo tipo de incursiones porque ya el balón no circulaba en equipo como antes.

Colombia, por su parte, da muestras de ser una selección que reúne muchas de las características de un verdadero equipo:

• Sacrifica cierta individualidad en pos del desempeño grupal
• Prioriza una interacción productiva focalizada en los objetivos
• Tiene "jugadores de equipo" y los conservan
• Tiene un líder que recuerde el rumbo, da forma al equipo, motiva y empuja en la dirección deseada
• Motivación y alineación de los esfuerzos
• Claridad en las metas
• Maneja con mucho cuidado las diferencias de estilo, personalidades, expectativas y actitudes de los jugadores

El desempeño de la selección Colombia me recuerda las palabras de Píndaro: “Los logros de una organización son los resultados del esfuerzo combinado de cada individuo”. Y esto es responsabilidad principal, en el caso de un equipo de fútbol, del entrenador.

Del Bosque seleccionó a jugadores que no estaban bien físicamente, con 28 años de media de edad, las más alta del Mundial, y los puso de titulares. ¿Por qué lo hizo? ¿Bajo qué criterio? ¿No pecó más bien de exceso de confianza y de falta de autocrítica? ¿No fue una improvisación la incursión como titular de Diego Costa en un esquema de juego al que no estaba acostumbrado? Cuando necesitó la victoria a toda costa, puso de titular a Pedro, como revulsivo, algo sorprendente cuando este jugador no fue determinante esta temporada en ningún partido del Barcelona. Del Bosque dijo en la concentración de la selección española antes del Mundial varias frases que hacen entrever las razones del fracaso de España: “No veo la misma mirada en los jugadores”; “Estos jugadores se merecen estar en el Mundial”; “El estilo es irrenunciable”; “Somos flexibles pero tozudos (tercos) en algunas cosas”…

Pero a mi modo de ver el error más grave de Del Bosque, y que espero que Pekerman nunca caiga en él, es que Del Bosque dejó de ser él mismo. Es sabido que el poder, la gloria, el dinero y el éxito en exceso nublan el juicio y cambian a la mayoría de las personas. Del Bosque fracasó porque no fue Del Bosque. “Somos flexibles pero tozudos en algunas cosas”. Él sabía que tenía que ser flexible en unos temas y firme en otros: es la esencia de la prudencia y del arte del liderazgo. Pero se equivocó en qué y en quién aplicar esa pretendida flexibilidad y tozudez. Fue flexible con el comportamiento y con los requerimientos de algunos jugadores, pero le faltó valor para ser flexible con el sistema, a pesar de la ineficiencia de éste frente algunos rivales, al no introducir ninguna variante significativa en el juego, incluso cuando iba perdiendo. Y por último no fue firme con el criterio de que a la cancha no salen “nombres” sino aquellos que ofrecen más posibilidades de ganar, no como individualidades sino como equipo.

Del Bosque se resistió al cambio y quedó fuera del Mundial; Pekerman, en cambio, no... por eso Colombia tiene derecho a soñar en grande. ¡Fuerza Colombia!

@pabloalamo
Prime Business School