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Opinión

Las verdaderas razones por las que no ha obtenido un ascenso y que sus jefes no se atreverán a decirle

Algunas personas con excelentes hojas de vida, experiencia y formación académica suelen preguntarse cuánto tiempo tendrán que esperar para un ascenso laboral, aun cuando cuentan con posgrados que los perfilan como excelentes candidatos o cuando sienten que están sobrevalorados para su cargo actual.

Sandra Liliana Miranda
27 de mayo de 2016

Lo que pocas veces analizan, es que los verdaderos motivos por los que ese ascenso no llega se atribuye a aspectos personales y errores que, aunque parece que pasan inadvertidos, para los empleadores (jefes superiores y compañeros de trabajo), son señales que demuestran que usted no está listo o no es la persona indicada para un cargo mejor que el actual o que, incluso, no debería ocupar el cargo que tiene ahora.

Así, tome nota de los siguientes errores más comunes que puede estar cometiendo consciente o inconscientemente, y que lo pueden estar alejando de su objetivo de escalar en la empresa y pueden también deteriorar su imagen en el trabajo.

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Lo primero que aclararemos en este artículo, es que asumiendo que un empleado cuenta con un excelente perfil, tiene una amplia experiencia, formación académica sobresaliente y, en general. una hoja de vida interesante, los siguientes errores (entre otros), podrían ser la causa de que aún no haya obtenido un ascenso laboral, aunque lo merezca, o lo puede estar “vendiendo” de la forma incorrecta, al dar unas señales del mercado que no corresponden a lo que usted en verdad quiere reflejar o que no corresponden a lo que en verdad es.

  • Ser chismoso en el trabajo. No es la mejor señal para sus empleadores, cuando lo ven en varias ocasiones inmiscuido en conversaciones que comprometen a otras personas del equipo de trabajo o al saber que usted comanda el escuadrón de chismosos de la oficina. Los rumores en el trabajo generan situaciones incómodas, pueden influenciar decisiones importantes y hasta ser la causa de bullying.
  • Tener comportamientos inapropiados: los eventos de trabajo son de trabajo y no de esparcimiento desmedido. Por lo anterior, controle su comportamiento en ellos pues, de no hacerlo, puede salir muy costoso al tener que levantar su imagen después de haberse excedido en tragos y tal vez terminar hablando mal de todo el mundo o revelando información confidencial o que a nadie le interesa saber. Recuerde que para divertirse hay eventos fuera del contexto laboral que le permitirán hacerlo.
  • Vestirse mal o de manera inapropiada. Esto aplica tanto para el día a día en su trabajo, como para los eventos sociales o de integración que se programen en su organización. De nuevo, se trata de la imagen que usted está proyectando y que lo hará ver como alguien serio y que se podría considerar para una mejor posición en el futuro, o como alguien que está revelando que le falta mucho para llegar a estar a la “altura” tanto de su cargo actual, como de otro en el futuro. 

No se trata de vestirse como “seminarista o hermana de la caridad”, pero sí de manejar el sentido común del cargo y de seguir un consejo que le servirá además de sus fortalezas laborales, para llegar a obtener un ascenso en algún momento y es el siguiente: “No hay que vestirse para el cargo que se tiene, sino para el que se quiere llegar a tener”

  • Ser impuntual. No hay nada que demuestre más desinterés que este defecto, que puede mostrarse desde el mismo momento del proceso de selección: el llegar tarde al trabajo o interrumpir una reunión que ya empezó o salirse antes. Dejando a un lado que para algunas empresas el tema del horario es bastante estricto, el no ser puntual refleja su falta de responsabilidad y compromiso y puede ir acumulando razones para ser despedido.
  • Tener relaciones sentimentales con compañeros de trabajo. Nadie niega que es posible que Cupido haga de las suyas en el trabajo y que, por razones evidentes y por compartir jornadas de trabajo extensas así como temas comunes con algunos compañeros de trabajo, se pueda llegar a establecer relaciones sentimentales.

Esto no es necesariamente prohibido en todas las empresas, pero lo importante es cómo se lleve esta relación y, por supuesto, que ésta no implique asuntos de infidelidad o en la que se tome provecho de ellas para obtener beneficios que generen malestar entre su equipo de trabajo.

Piense, además, que no será precisamente el mejor ambiente y el más relajado para tener pareja y que las discusiones personales podrán afectar su desempeño laboral. Hay que separar los espacios.

  • Haber tenido discusiones fuertes con compañeros del trabajo o haber perdido el control en una discusión. “Salirse de las casillas” puede afectar su imagen y llevarlo a decir o hacer cosas que se le salgan de las manos y generar un mal ambiente.

Cuide sus palabras y por encima de todas las cosas así como de los conflictos que pueda llegar a tener con alguien en el trabajo (par, subordinado o superior), nunca pierda los estribos. Si el problema es muy grave, póngalo a consideración de su jefe y conserve la decencia.

  • Su alta aptitud, pero su pésima actitud. Uno de los errores más comunes de algunos trabajadores laboralmente excelentes y con una magnífica trayectoria, es su pésima actitud. Usted no tiene por qué llevar sus problemas personales a trabajar con usted a diario, ni los demás tienen la culpa de ellos.

Por más experto que sea en su rol dentro de la compañía, esto no le “da el derecho” de tratar mal a los demás o estar en la mayoría de las veces de mal carácter, haciendo que los otros tengan que adivinar cuando está de buen humor para poder acercarse a usted.

Si tiene problemas de actitud o si todo lo impacienta, deténgase por un momento y analice cuál es la verdadera razón de su malestar y descontento y por más impaciencia que sienta por los errores de los demás o por las preguntas insistentes de los clientes o usuarios, piense que usted está allí por una razón y que tener una mejor actitud no solamente será algo que los demás agradecerán, sino que hará de sus días en el trabajo algo maravilloso y sin darse cuenta, llegará a amar su trabajo.

 

Por tanto, si usted se considera un buen perfil laboral y si cree que hace tiempo ha debido obtener un ascenso, piense si no está cometiendo algunos de los errores más comunes, mencionados anteriormente o si simplemente se trata de seguir haciendo su trabajo de la mejor manera posible, con la total seguridad, de que llegará el momento de brillar y que la vida le pondrá “en bandeja de plata” el cargo que desea y que esté listo para asumir, no solo desde la competencia profesional, sino desde la madurez emocional y personal.

Sandra Liliana Miranda Forero

Magíster en Economía y Economista Universidad Javeriana

Profesora Departamento de Economía Universidad Javeriana

sandra.miranda@javeriana.edu.co. En Twitter: @salimifo