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Mentalidad

¿Por qué hay que dejar de lado las excusas para tener éxito?

Llenarse de este tipo de razones, que pueden parecer inofensivas, puede conducir a volvernos conformistas. En la vida, si se quiere empezar a tener resultados, hay que tomar consciencia de ellas y abandonarlas.

Paul Raminfar*
20 de mayo de 2019

Excusas. Qué palabra tan cómoda y a la vez tan oportuna. ¿Qué sería de nosotros si no existieran las excusas? ¿Cuántos trabajos hubieras entregado a tiempo en el colegio o la universidad? ¿Cuántas llegadas tardías te habrías ahorrado? Y si le incluimos el plano anímico: cuántas peleas, discusiones, estrés y hasta problemas más complicados nos hubiéramos evitado, si tan solo no sacáramos excusas. El problema es que cuando uno abusa de las cosas, la tendencia es a oxidar todo.

Nuestra sociedad está invadida de excusas, ya que desde niños aprendemos que así funcionan, mal o bien las cosas, pero cuando pasa el tiempo y vamos creciendo, no nos preocupamos por mejorar, sino que seguimos manteniéndonos “regulares, ordinarios, promedio” y ese es un estado del que solo se sale con disciplina, esfuerzo y dedicación.

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Muchas veces se hace difícil cambiar la mentalidad de vivir con excusas, ya que sentimos que ‘no le hacemos daño a nadie’, pero lo que en realidad hacemos es formar una comunidad en la que todos viven así y simplemente son conformistas.

Este es un tema egocéntrico de aceptación. El problema es que cuando vemos la vida en retrospectiva, nos damos cuenta que: así como tenemos la comodidad de ser común, tenemos la incomodidad de ser común. Curioso.

A medida que el tiempo pasa y maduramos empezamos a valorar cosas que antes no valorábamos porque teníamos fuerza, energía y vitalidad. Nuestras prioridades de los 30´s 40´s y 50´s, dejan de importar a los 60´s y mucho más a los 70´s, sin contar los que llegan a los 80´s y 90´s, que tienen una perspectiva muy diferente acerca del ser ordinario o socialmente aceptado.

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Al final del camino, el éxito de tu vida se determina en función de los resultados y eso es lo que en realidad cuenta. Por ejemplo, si me comparo con algunos miembros de mi familia, puedo determinar que si vivo una vida en la que prima la falta de actividad física, una mala alimentación y un trabajo sistemáticamente inteligente, posiblemente mis resultados serían como los de ellos: estrés, presión alta, fumadores, diabetes, etc.

Mientras que, madrugar todos los días (incluyendo el domingo), tener una vida activa los siete días de la semana, alimentándome lo mejor posible, y saber laboralmente qué batallas enfrentar y qué batallas no, me brindan la posibilidad de ser mejor.

Pero ¿cuál es la diferencia entre esos dos estilos de vida? Exacto la “bendita” excusa, o mejor, la maldita excusa; esa que te limita, que te corrompe, que te facilita, esa que antepone un ‘si’, porque un ‘si’ es fácil, la que prolonga la despertada, la que empieza la dieta el lunes y la que deja para mañana la llamada o reunión importante.

En la vida te darás cuenta que todo gira alrededor de los resultados. Así que si quieres un cuerpo saludable, un físico soñado, un negocio exitoso, una familia ejemplar y una vida plena, empieza por tomar conciencia, por dejar a un lado las excusas.

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*Emprendedor fundador de SmartMoney