Laura Margarita Rodríguez Chaparro.

Columnista

Planee sus finanzas antes de presentar su renuncia

Sea cual sea la razón por la que renuncie, lo primero que debemos preguntarnos es ¿estamos preparados para pasar un tiempo sin empleo?

19 de febrero de 2014

Son numerosos los motivos que animan a las personas a renunciar a su trabajo: buscar un mejor salario, darle fin a un mal ambiente laboral, aumentar su nivel intelectual, dejar el estrés a un lado o simplemente sienten que podrían aprovechar su tiempo en otras actividades. Sea cual sea la razón, lo primero que debemos preguntarnos es ¿estamos preparados para pasar un tiempo sin empleo?

Probablemente la situación tediosa e incómoda de nuestro actual trabajo hace que tomemos decisiones más emocionales que racionales, olvidando por completo que podría prolongarse el tiempo en el que no recibamos ingresos y aun así debamos seguir cumpliendo con las obligaciones que ya hemos adquirido.

Si usted ha pensado en abandonar su trabajo y aún no tiene una oferta laboral que pueda respaldar su decisión, lo ideal es que evalúe, desde la perspectiva financiera, las siguientes preguntas:

1. ¿Tiene deudas?

Es necesario que reestructure el estado de sus finanzas y reduzca su nivel de endeudamiento antes de una posible renuncia. Si sus deudas son a largo plazo, es indispensable que cuente con un fondo de ahorro que le permita realizar los pagos mensuales correspondientes durante el periodo en el que las entradas de dinero sean nulas, de lo contrario lo mejor es hacer un esfuerzo sobrehumano para conseguir otro empleo antes de tomar una decisión definitiva.

2. ¿Tiene ahorros?

No se debería pensar en ahorros solamente cuando se va a cambiar de trabajo. Construir un fondo de ahorro es una buena estrategia para enfrentar cualquier emergencia que sobrevenga: pérdida de empleo, enfermedad, accidente, etc. Una vez identifique el dinero que requiere para saldar los gastos de cada mes, es recomendable que evalúe que tan robustas están sus reservas para hacer frente a los imprevistos. Lo ideal es contar con ahorros que puedan cubrir los gastos de 3 a 6 meses para evitar que se vea afectada su calidad de vida.

3. ¿Puede reducir su presupuesto?
Si realmente siente que ya no está en el lugar en el que se siente feliz y realizado pero aún no cuenta con un fondo de imprevistos lo suficientemente sólido, lo más recomendable es hacer un recorte de presupuesto. Pero cuidado, ¡no puede recortar su presupuesto de un día para otro! Este debe ser un proceso de mínimo seis meses atrás, para que usted pueda acomodarse a vivir con menos y empiece a implementar hábitos que le permitan controlar su situación financiera cuando decida renunciar. Así que si está planeando presentar su renuncia, es importante que empiece desde ya con su plan de reajuste.

4. ¿Ya cuenta con un plan B?
El escenario ideal es dejar el trabajo teniendo de antemano una alternativa que le permita seguir recibiendo ingresos, bien sea en otra compañía o en negocios independientes. Sin embargo, esto no significa que se olvide de ahorrar y de considerar realizar una posible reorganización a su presupuesto. Podría ocurrir que no se sienta a gusto en el nuevo empleo y tenga que empezar de nuevo la búsqueda o, bien, que no le otorguen un contrato indefinido tras los meses de prueba. Prever estas posibles situaciones puede ayudarle a prepararse mejor al momento de enfrentar una situación inesperada.

A partir de estas cuatro preguntas podremos deducir si ha llegado la hora de decir adiós y emprender un nuevo rumbo o si todavía no es momento y tendremos que trabajar más en equilibrar nuestra situación financiera, para tomar el riesgo de renunciar sin que esta decisión afecte nuestra tranquilidad y calidad de vida.