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Opinión

Pasos del crecimiento

El potencial de crecimiento futuro de cualquier compañía, debe enfocarse en cinco palancas principales. El resultado de implementar exitosamente esta estrategia, es la creación de valor.

Luis Eduardo Otero
8 de julio de 2011

Las empresas que incorporan la administración basada en valor (ABV) enfocan sus esfuerzos en un objetivo común: crecer rentable y sostenidamente.

Gestionar con base en el valor de la empresa implica entender su significado, sus componentes, su relación con la estrategia y crear un sistema de gobierno que mantenga consistencia entre la medición de desempeño, la toma de decisiones y el sistema de compensación por resultados.

La ABV se sustenta en los principios básicos de una estrategia: crear una ventaja competitiva que permita tener una rentabilidad sostenida sobre el costo del capital; por esto, bajo la filosofía del valor, una estrategia que no cree valor económico debe ser rediseñada.

Al comparar el valor de mercado de una empresa con el valor de su operación actual, se puede medir su potencial de crecimiento futuro, que debe ser el resultado de implementar exitosamente la estrategia.

Este potencial es un estimativo de las expectativas de los inversionistas, el desempeño operativo, el capital invertido y la rentabilidad relativa a la de otras empresas comparables, y debe enfocarse en cinco palancas principales:

 I. Incrementar la eficiencia operacional: generar mayor utilidad antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (Ebitda) con el mismo capital invertido. Para esto es importante revisar los derechos de decisión de los directivos para evitar que compren Ebitda con inversiones de muy baja rentabilidad y, por ende, destructoras de valor. El análisis de derechos consiste en determinar quienes toman las decisiones y movilizan la información. La toma de decisiones debe incorporar todos los costos y los beneficios que afectan el resultado económico de la empresa.
 
II. Crecimiento orgánico: aprovechar la generación de caja interna para fortalecer las líneas de negocio con mayor potencial de crear valor. El modelo económico de la firma permite medir el desempeño de cada línea de negocio como un negocio en si mismo, sin perder de vista que sus actividades están ligadas a la empresa como un todo, y debe asegurar que los directivos piensen y actúen en función de resultados económicos.

 III. Adquisiciones y fusiones: expandir el negocio aprovechando la capacidad de endeudamiento y el mercado de capitales. Con la ABV las empresas se hacen sensibles al valor de las adquisiciones y fusiones, asegurando que el precio pagado sea consistente con el potencial de crear valor. Muchas empresas por su afán de crecer realizan adquisiciones a cualquier costo, incrementando ventas y Ebitda, pero destruyendo valor para los accionistas.

IV. Generar nuevas ideas de negocio con base en las ventajas competitivas y las capacidades desarrolladas: aunque la generación de valor de nuevos negocios se puede ver en el largo plazo, es fundamental enfocarse en mejorar continuamente, siendo la única forma de cerrar la brecha de valor en el tiempo.

 V. Regresarle a los  accionistas los recursos que no están invertidos rentablemente: cuando las empresas tienen activos no operativos o de baja rentabilidad deben venderlos al mayor valor y entregarlos a los inversionistas si no existen oportunidades de inversión rentables.

Por ejemplo, en el sistema ABV las expectativas implícitas en el potencial de creación de valor son la base para determinar los bonos de los gerentes.  Es claro que en el valor de la empresa están involucradas implícitamente las expectativas de mejoras de la compañía y  por esto las metas de los gerentes y empleados no pueden ser sencillamente las metas presupuestales. Si los gerentes no cumplen con dichas mejoras estarán disminuyendo el valor de la empresa.

 Todo lo anterior debe estar soportado en una cultura organizacional, porque por medio de las personas se logra el cambio. Lo que implica hacer las cosas de manera diferente, gestionar mirando hacia adelante, ganarse el derecho a crecer, mostrar resultados y no promesas, ponerle números a la estrategia para escoger aquellas que creen valor y, para algunos ejecutivos, salirse de su zona de confort.