Luis Alberto Arango E. Profesor del CESA

Opinión

Los problemas del Muisca de la Dian - Parte I

Aunque la DIAN lo niegue, el Muisca tiene serias fallas que día a día ponen a prueba la paciencia de sus usuarios.

Luis Alberto Arango E.
3 de noviembre de 2011

Buscando un efecto simbólico, la plataforma de información, control y registro tributario de la Dian fue bautizada con el acrónimo Muisca, asignándole un significado algo forzado “Modelo Único de Ingresos, Servicio y Control Automatizado”. El simbolismo no podría ser más acertado: los Muiscas tenían un elaborado sistema de pago de tributos y una estructura jerárquica tan excluyente que asombró incluso a los conquistadores españoles.

Pero la simbología no se queda ahí. Como si fuera un déjà vu, fueron los propios españoles, mediante su Agencia Estatal de Administración Tributaria -AEAT-, los que asesoraron a la Dian para estructurar el Muisca y gracias a quienes dicha entidad se actualizó, no sin antes heredar de los nuevos conquistadores una arquitectura tecnológica que por falta de modernización, genera más problemas que bondades.

El Muisca fue lanzado oficialmente en 2004. Para la Dian, unas de las características del nuevo “modelo” era su sencillez y flexibilidad para que fuera “…adaptable a la evolución tecnológica que garantice la vigencia operativa y cumplimiento de funciones….”, dos cualidades que quedaron muy bien escritas en un documento oficial, pero que no superaron la barrera del papel para llegar a convertirse en realidad.

Contrario a lo propuesto, el Muisca va con firmeza y sin pena a la retaguardia tecnológica. Mientras las plataformas bancarias colombianas pueden ser utilizadas, en general, en las últimas o penúltimas versiones de los navegadores de internet, el Muisca tiene que usarse en versiones antiguas de Internet Explorer o Firefox para que opere correctamente.

A la fecha de publicación de esta columna, la versión más reciente de Firefox es la 7 y de Internet Explorer la 9. El Muisca solo opera –según reporte de varios usuarios consultados y propia experiencia-  en el Internet Explorer 6 o 7 y en el Firefox/Mozilla 2.0.0.20.

Hasta allí, todo podría ser manejable. Sin embargo, el Muisca utiliza un lenguaje de programación que se denomina Java. Y uno de sus aspectos críticos es el que permite al contribuyente firmar digitalmente las declaraciones que presenta ante la DIAN. En este caso, el Java debe ser instalado en el computador del contribuyente y tener la versión 5.0 update 11, que ya no tiene soporte por parte de Oracle, los dueños de Java. La versión más nueva es la 7, que si se llega a instalar, dejará inservible la función de firma electrónica de documentos.

Al preguntarle a la DIAN al respecto, me aseguraron que el Muisca se puede usar en las últimas versiones de Java y de los navegadores de internet. Sin embargo, la realidad es bien distinta, así la DIAN no quiera reconocerlo.

Basta con preguntarle a cualquier contador, revisor fiscal, auxiliar contable o ingeniero de sistemas que use el Muisca, para que contesten que lo utilizan en el computador más viejo y anticuado que existe. Con un navegador de internet viejo y sin permitir actualizar  el Java, porque de lo contrario el sistema de firma digital deja de funcionar.

Esa es la razón por la cual, en las empresas colombianas, los contadores tienen el computador más desactualizado posible o dos equipos de cómputo: el desactualizado para el Muisca y el actualizado para el resto de cosas.

Y si es una empresa de comercio exterior lo más probable es que tenga además un tercer computador. Esta vez para utilizar otro sistema que se denomina el VUCE (Ventilla Única de Comercio Exterior), plataforma de información y registro del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. La razón es simple. Para poder firmar digitalmente los documentos presentados vía VUCE, se requiere que el computador tenga instalada una versión de Java distinta a la del computador donde se usa el Muisca.

Si hablamos de productividad, un usuario que experimenta problemas al firmar digitalmente con el Muisca, puede gastar al menos 1 hora solucionando los inconvenientes.  Y si a eso le sumamos el tiempo de un ingeniero de sistemas que usualmente se requiere para la labor y lo multiplicamos por el número de contribuyentes que tienen dificultades con el Muisca, podríamos estar hablando de miles de horas de trabajo perdidas al año, que afectan la productividad y los costos del país.

Cuando no se puede solucionar el problema con el Muisca, siempre está la posibilidad de que el contribuyente se acerque a la Dian para hacer la presentación con ayuda de funcionarios de dicha entidad. Algo que sospecho sucede con frecuencia.

Allí, en las oficinas de atención al público de la Dian, las cosas no son mejores. No pocas veces sus funcionarios deben cerrar los navegadores de internet y volver a abrirlos cada vez que atienden a una nueva persona, porque muchas veces el sistema se queda “pegado” con la información anterior, haciendo que el Muisca no funcione correctamente.

Mientras que la Dian siga negando las fallas del Muisca, ninguna esperanza tendremos sus usuarios de ver el día en el que utilizarlo sea una actividad sencilla, simple y que no presente retos técnicos. Por ahora, hay que llenarse de paciencia cada vez que se utiliza la plataforma tecnológica de la Dian.