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Liderazgo

¿Quiénes son los líderes que necesitamos?

Lo colectivo tiene que ser superior a lo individual y esto aplica tanto para los líderes políticos como para nuestras vidas en el día a día

Darío Palacio*
17 de mayo de 2018

Aprovechando las pocas semanas que faltan en Colombia para tener un nuevo cambio de Presidente, he tenido varias conversaciones y discusiones con amigos, familiares, compañeros y colegas sobre el tipo de liderazgo que un país como Colombia está demandando.

Con algunos de ellos llegamos a la conclusión de que es preocupante la escasez de verdaderos ejecutores con una falta de visión de país y de propuestas reales que nos permitan dar saltos valiosos como nación y como líderes de la región.

Es preocupante encontrar la dificultad para identificar en nuestra región personas que realmente sean capaces de hacer realidad sueños que logren impactar a la mayor cantidad de personas de forma positiva.

¿Cuál debería ser el perfil de los profesionales o de los líderes que puedan tomar las riendas de nuestros países para que nos logren llevar al camino del desarrollo escalonado y mejorar todas las condiciones posibles?

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¿Será que Colombia necesita de personas que sólo han tenido experiencia en lo público o que sólo hayan estado en cargos políticos durante toda su historia profesional? ¿O personas que no han logrado ejecutar proyectos de gran envergadura en el desempeño de su carrera profesional?

Mi conclusión es que necesitamos personas soñadoras y constructivas pero, sobretodo, que sean capaces de dimensionar realmente grandes proyectos que transformen de forma muy positiva y directa a la mayor cantidad de personas, que piensen primero en lo colectivo, segundo en lo colectivo y tercero en lo colectivo; por encima de lo individual o personal.

Doy un ejemplo de pensamiento colectivo: no sé cuántos de ustedes sabían -yo lo supe hasta hace poco-, pero hay 130 km en línea recta entre la ciudad de Medellín y la ciudad de Manizales.

Un tren moderno podría realizar ese recorrido en menos de 1 hora. ¡Sí, en menos de una hora! ¿Se imaginan la dinámica que se puede generar entre estas ciudades si los habitantes de Manizales salen en la mañana a trabajar a Medellín y regresan en la tarde a sus casas o viceversa?

Cuántas personas, regiones, empresas, industrias, se podrían beneficiar de esta acción de forma directa e indirecta. Ahora sumemos el gran logro de poder crear un anillo de trenes conectados entre Manizales, Pereira, Cartago y Armenia; sólo esa obra cambiaría esta región para siempre y cambiaría el país.

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No es una cuestión de geografía o de topografía, no es una cuestión de dinero o de financiación y, mucho menos, una cuestión de tecnología; pues en pleno 2018 casi todo esto está ya inventado. Realmente es cuestión de pensar en grande y de ejecutar bien y correctamente con un gran liderazgo; pero, sobretodo, de dejar a un lado lo individual y el beneficio personal para lograr llegar al beneficio colectivo primero, porque tarde o temprano todo esto beneficiará el plano personal.

Igualmente, creo que no hemos entendido que los grandes cambios vienen de nuestras pequeñas acciones diarias. Exigimos a los políticos que dejen de robar cuando nosotros mismos hacemos ‘jugadas’ para evitar pagar una multa. Exigimos a otros que cumplan su palabra cuando somos incapaces de devolver una llamada a alguien o confirmar una simple invitación a un matrimonio. Incluso, cuando nos cuesta responder un correo electrónico.   

Nuevamente, lo colectivo tiene que ser superior a lo individual y esto aplica tanto para los líderes políticos como para nuestras vidas en el día a día. Jamás se nos puede olvidar que pertenecemos a un contexto y que necesitamos los unos de los otros para avanzar. Así duela entender que sí, que necesitamos a los otros.

Las decisiones trascendentales de 50 millones de personas del presente y de millones más del futuro de una nación no pueden delegarse a unos cuantos políticos. ¿Qué pasa con el resto de personas capaces, líderes de su región, de su barrio?

¿En dónde están los grandes profesionales? ¿En dónde están los ingenieros, los químicos, los administradores? ¿Será que están esperando que alguien más solucione la infinidad de problemas que tenemos?

La política no puede seguir pasando desapercibida, tampoco podemos esconder la cabeza como el avestruz y simplemente decir: “no me gusta o no me interesa”. La política es el eje central de cualquier país y su evolución. Toca los sueños, los deseos y las vidas de cada uno de nosotros ahora, en el futuro y para siempre.

Nos tiene que doler la política para poder seleccionar bien los líderes y debemos ser exigentes en lo que buscamos como sociedad; no basta con un like o un tweet. Como sociedad también tenemos que proponer y exigir que se logren las transformaciones que tanto deseamos.

Tenemos que ser cada uno de nosotros, en nuestro día a día, verdaderos líderes visionarios e individuos que ejecutamos lo que nos proponemos. De esta forma podremos aportar al cambio de un país. Un cambio que pedimos a gritos, como si dependiera de otros y no de nosotros mismos.

*Fundador de multiplica.com, empresa de analítica y estrategias digitales.

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