Sandra Liliana Miranda Forero, Magistra en Economía y Economista. | Foto: Alejandro Acosta

Columnista

Hágale caso a las “Señales del Mercado”

Nos guste o no, hay ciertas “señales”, más conocidas como señales del mercado, que dan una primera idea acerca de alguien o de algo. Por esto, este artículo le ayudará a no dejarlas pasar.

29 de agosto de 2014

¿Por qué es importante vestirse bien para una entrevista de trabajo? ¿Por qué las empresas invierten en publicidad? ¿Por qué tiene más probabilidades de aprobar el examen de admisión a un pregrado, un estudiante si su puntaje del ICFES es alto? ¿Por qué el seguro de un auto de color negro es más costoso que para uno de otro color?

Nos guste o no, hay ciertas “señales”, más conocidas como señales del mercado, que dan una primera idea acerca de alguien o de algo. Por esto, este artículo le ayudará a analizar dos temas cruciales. El primero es el de no “hacerse el ciego” frente a estas señales para evitar incurrir en negociaciones “equivocadas” y el segundo consiste en no otorgar las señales erradas a los demás, ya que posiblemente darán una información suya que no refleja lo que usted en verdad desea y merece.

Si pasa por alto las señales de alarma, podría estrellarse
Así como pasarse en alto una señal de tránsito o un semáforo en rojo podría ocasionarle un accidente, hacer caso omiso a las señales que advierte en otra persona que por ejemplo desea venderle algún producto o mercancía u ofrecerle algún servicio, podría llevarlo a una situación en donde usted comprará “lo primero que ve” o algo que no necesariamente es de la mejor calidad, pudiendo llegar a descartar mejores bienes y servicios.

De la misma manera, contratar a una persona en una empresa sin verificar antes la información consignada en su hoja de vida, como las referencias y estudios cursados, pondría en riesgo a la empresa que está demandando un cargo en particular y podría hacer que en el transcurso del proceso de selección se descarten a mejores candidatos para el cargo, que si merecen el salario que se ofrece y que si cumplirán con las expectativas de productividad que se requieren. No todo lo que brilla es oro y siempre es mejor constatar, comparar y verificar antes de realizar cualquier tipo de negocio, bien sea compra o venta. No se apresure al momento de negociar con alguien. Tener más y mejor información reducirá el riesgo de una estafa o de hacer un mal trato.

Revise qué señales está dándole a los demás
Todos somos en algún momento compradores y vendedores, por lo que si por ejemplo está interesado en obtener un empleo o lograr ser admitido en un programa de pregrado o posgrado de una universidad, así como el caso en que está vendiendo un apartamento o un carro, estará ofreciendo un bien o un servicio (como en el caso de ofrecer su mano de obra). Por esto, aunque lo que “ofrezca” sea de excelente calidad (si usted sabe que es un excelente trabajador y profesional o un estudiante consagrado o que el inmueble que está vendiendo está en excelentes condiciones, por ejemplo), no se limite a saberlo. Debe hacer sabérselo a los demás. Ellos serán los compradores.

Si a lo que usted ya sabe le añade otras señales que le otorga al vendedor, como recomendaciones laborales, el historial de sus calificaciones, información acerca de los logros que ha obtenido en otras áreas, trabajos realizados previamente, o si está en el contexto de negociar un producto, certificados de calidad del mismo o de garantías, le asegurará un mayor éxito en la tarea. No omita dar todas las señales posibles que pueda para tranquilidad del comprador, pero a su vez, no olvide pedirlas cuando es usted quien está sentado al otro lado de la mesa y es quien arriesga su capital, tiempo y bienestar.