María Mercedes Cuéllar, presidenta de Asobancaria. | Foto: Archivo Semana

Opinión

¿Es alarmante el deterioro de la calidad del crédito?

La recuperación del crédito durante 2010-2011 fue notable. Sin embargo, resulta claro que no se puede sostener en el largo plazo a las tasas hoy observadas.

4 de junio de 2012

Para controlar la expansión del crédito, el Banco de la República inició una senda de incrementos de su tasa de interés de referencia, que llegó a 5,25%.

No obstante, diversos factores, como un deterioro del ambiente internacional y una inflación controlada, desaconsejaban el control de la expansión del crédito por medio únicamente del incremento de las tasas de interés.

Por lo tanto, el gobierno ha venido tomando una serie de medidas macroprudenciales, que han consistido en aumentar tanto las provisiones como los requerimientos de liquidez de los establecimientos de crédito.

Recientemente se ha anunciado un apretón adicional de las provisiones, porque el crecimiento de la cartera vencida ha empezado a acelerarse, para preocupación de las autoridades.

Desde el punto de vista de los bancos, el incremento de la cartera vencida no es necesariamente preocupante, por diversas razones: en primer lugar, es normal que la cartera vencida aumente cuando se incrementa la total; en segundo lugar, los niveles de la cartera vencida no están aún en magnitudes preocupantes y el indicador de calidad sigue siendo muy bueno; y en tercer lugar, se cuenta con amplias provisiones para la cartera mala.

Pero la preocupación, sobre todo desde el punto de vista de las autoridades, es que, en la competencia por colocar cartera, los estándares de colocación se estén relajando y el apetito por riesgo esté aumentando.

De esta manera, se ha establecido una provisión adicional, que opera sobre los incrementos de la cartera de las entidades que tienen aumentos de la cartera vencida.

Así, se espera que las entidades revisen sus procesos de otorgamiento de crédito y controlen su apetito de riesgo. Como efecto indirecto, se podría mitigar la expansión del crédito.

Todas las medidas para controlar el crecimiento del crédito terminan por incrementar su costo.

Las más recientes no parecen particularmente onerosas en términos del nuevo monto de provisiones que se debe constituir, puesto que solo operan sobre los incrementos de la cartera cuando el crecimiento de la cartera vencida es positivo.

Sin embargo, tienen un costo operativo importante y abren la puerta para que haya una graduación de las provisiones más severa si la cartera vencida se sigue deteriorando.

El sesgo prudencial de las autoridades está imponiendo un crecimiento de la cartera de consumo más en línea con el PIB nominal. Así, es posible que el consumo deje de ser el factor de crecimiento fundamental que ha sido hasta el momento.