¿Cómo descubrir su propósito?

Tener en la vida muchas cosas que hemos logrado puede llevarnos por dos caminos: el de la ceguera o el de la hazaña. 

La verdad es que el éxito es tan complejo que en muchas ocasiones la perspectiva es muy diferente. Calculamos que para conseguir el éxito, se requiere dinero; somos exitosos porque logramos más que otros en el mismo periodo de tiempo o por la gran familia que tenemos, a pesar de que posiblemente nos podría ir mejor en materia financiera. Y así podemos seguir y seguir con ejemplos que justifiquen el día de cada uno. 

Con esto no pierdo de vista que la definición de éxito es muy personal y vamos a tratar, a toda costa, serlo. Por un segundo, pensemos en la significancia de nuestros días, ¿valen lo que creemos?

Muchas veces vemos el camino como obligado. Cumplir con las obligaciones que nos toca, para pagar lo que queremos, pero ¿de verdad estamos dispuestos a pagar con nuestra felicidad y paz? 

Pensemos en una casa, un carro, un reloj que sacamos a 24 cuotas, etc. Las personas están dispuestas a amarrarse a un horario estricto, un trabajo que no los llena y además, en un área que no favorece su desempeño personal, solamente para pagar las cuentas. El problema es que esas mismas personas, no están dispuestas a sacrificar lo que realmente se debe, para alcanzar la libertad. Prefieren una vida de frustraciones y hacer parte del montón, en lugar de tomar una vida de acción y constante transformación en la búsqueda de la grandeza. 

La falta de conciencia, apatía por el crecimiento, pereza y mediocridad estaban en algún momento de mi vida, cavando mi mente. Eran un manipulador experto que buscaba a toda costa cerrar la posibilidad de un reto que me pudiera llevar a pensar que había algo más grande para mi. 

Ahora quiero aclarar una cosa, estar con miedo frente al cambio, la incertidumbre al futuro y la indecisión por un nuevo camino es normal y, esta frase podría cambiar su vida, así como cambio la mía: "la forma como va a reaccionar en el momento que las cosas pasen sin importar el resultado a primera vista, va a dictaminar mi futuro".

Luego de entender eso, el “qué pasaría si” se vuelve parte de un reto de sobresalir, de sacar la tarea, de ejecutar y actuar en función al objetivo. Lo único que importa es la puerta que está por abrirse, lo que se quedó atrás, quedó allá. Ese es el momento preciso en el que por un segundo estamos frente a un precipicio y vienen las mejores preguntas: ¿qué pasa si no funciona?, ¿qué dirá la gente? y ¿será que soy un fraude?

Justo cuando estamos en un momento de incertidumbre, es cuando nos vamos a dar cuenta que tomar acciones y vivir las experiencias, nos va a generar las preguntas adecuadas para encontrar las respuestas hacia el camino que debemos recorrer. Esa intuición que a veces está martillando en nuestra cabeza, diciéndonos cuán equivocados estamos y suplicandonos que por favor hagamos algo al respecto.  Ese sentimiento que une a la mente y al corazón, crea ese nuevo canal que nos obliga a hacerlo.

Ese sentimiento describe no solo la vida, sino la libertad. Romper con esquemas mentales que nos estaban obligando a parar de conseguir nuestras metas por taparte los ojos y empezar a caminar sin una guía a ver qué sucede. 

Todos queremos sobresalir, pero esto se logra de dos maneras: a través del trabajo involuntario, ese en el que la guía son las expectativas de otros, por ejemplo un gran doctor que inició su camino por estímulo familiar o por medio de ese “loco” visionario que puso a un ratón en un castillo y por décadas sigue creando mundos que nos ponen a soñar. Ninguno está mal, ni bien, todo depende de las expectativas que tengamos, de los objetivos y lo que vamos a llamar nuestro legado, en donde los talentos, habilidades, áreas de expertise y conocimientos se unen con ese llamado sweetspot o punto ideal.

Algo que sí está clarísimo es que, para poder alcanzar el éxito debemos tener un propósito y para hacer un poco más fácil la tarea de descubrirlo, aquí dejo las siete áreas para empezar: 

 1. ¿Qué nos llama la atención? Nos han enseñado con un mensaje bastante crudo “la curiosidad mató al gato”, ¿de verdad creemos eso?, sentimos que las cosas que nos gustan nos van a llevar a eso. Las cosas que nos atraen desde niños pueden ser el punto de partida en nuestra transformación adulta. No dejemos que las cosas paren de fluir y menos por buscar aprobación social.

2. Los motivos van a ser parte trascendental siempre y cuando sean de corazón. Las razones que nos llevan a actuar de alguna manera siendo y haciendo todo con autenticidad, rompen las barreras del miedo.

3. La intuición, tan básica pero tan compleja. Sabemos qué debemos hacer pero no sentimos que seamos capaces. Ahora viene la parte mágica, si lo pensamos es porque somos capaces. Nadie piensa intuitivamente en algo que en nuestras manos no podríamos hacer. 

4. Los valores y marco de referencia, son la guía a la hora de la acción y los jueces a la hora de determinar el siguiente paso. Ir en contra de nuestros valores por simplemente obtener cualquier recompensa, no dará buenos resultados.

5. Las fortalezas: por lo único que debemos trabajar día y noche. Olvidémonos de las debilidades y enfoquemonos en nuestras fortalezas. La única forma aceptada para pensar en las debilidades, es para convertirlas en nuestras fortalezas. Intentemoslo.  

6. Rutinas y rituales. La vida es una rutina, hacerla a nuestro favor o no, va a generar los resultados que vamos a tener. Si alineamos los hábitos con la rutina indicada y sabemos con los rituales cómo ejecutar de la mejor manera, el éxito se va a asomar cada vez más.

7. Transformemonos, preguntémonos todo, busquemos todas las respuestas, abramos todas las puertas de las oportunidades y tengamos la mente dispuesta a que cada puerta que se abre nos trae nuevos retos.

*Experto en productividad y asesoría en finanzas personales

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