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Opinión

Ocho buenas prácticas para que su empresa tenga éxito

Si lo que busca es que su negocio o su empresa tenga una hoja de ruta que lo lleve a destacarse, considere las siguientes estrategias de gobierno corporativo.

Pablo Álamo
8 de abril de 2016

El gobierno corporativo tiene que ver con el logro de una gerencia eficiente, sostenible y socialmente responsable. Es de gran importancia, por tanto, para garantizar la visión, misión y los valores organizacionales, así como también la continuidad en el tiempo.

Un buen gobierno corporativo es útil para mitigar los riesgos y generar la creación de valor compartido para todos los grupos de interés de la empresa. Las normas, códigos y buenas prácticas de gobierno corporativo suscitan una cultura de confianza y de transparencia, vital para el logro de objetivos.

Las recomendaciones de buen gobierno corporativo, que en Colombia ha sido y está siendo liderada con enorme mérito por Confecámaras, la OCDE y el Banco Mundial, con apoyo de la Embajada de Suiza, buscan inspirar una gestión consistente con vocación de permanencia. ¿Cuáles son estas prácticas de gobierno corporativo más recomendables?

  • Gobierno descentralizado y trabajo en equipo entre los órganos de poder
  • Contar en la Junta Directiva con un porcentaje importante (se recomienda un 50%) de consejeros “verdaderamente” independientes
  • Incluir de alguna manera a todos los accionistas, sin importar la cantidad de participación accionaria, en la toma de decisiones
  • Actualización periódica de los estatutos atendiendo a las necesidades de la sociedad, del negocio y del mercado para adaptar las prácticas organizacionales a las tendencias empresariales y a las necesidades del planeta
  • Flexibilizar y dinamizar el organigrama de la empresa siguiendo los criterios de buen gobierno
  • Plan de acción compartido que potencialice las ventajas competitivas de la empresa
  • Creación de un departamento o comité de Compliance, que se encargue de garantizar el cumplimiento de las normas y leyes, así como también de desarrollar una cultura de excelencia continua.
  • Separar la figura y las funciones del Presidente y del CEO en dos personas diferentes y sin nexos comerciales, económicos y afectivos importantes que afecten a la objetividad y distorsionen la toma de decisiones.

Se puede ser una buena empresa y tener éxito sin seguir todas estas recomendaciones, sin duda. No se trata de negar la existencia de notables excepciones. Pero  tampoco hay que olvidar que todas las empresas que han desaparecido por malos manejos o que han realizado escandalosos fraudes coinciden en no haber aplicado las recomendaciones del buen gobierno corporativo.

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La responsabilidad social empresarial y organizacional pasa necesariamente por asumir el desafío empresarial de crecimiento y sostenibilidad de manera ética y creando valor compartido. No podemos ser esclavos de la norma y de los códigos pero tampoco de las tendencias más bajas que encontramos, a veces, en el corazón humano.

Pablo Álamo Hernández

Prime Business School – Universidad Sergio Arboleda

@pabloalamo