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Emprendedores

Emprendiendo al estilo de ‘Don Jediondo’

El ‘alter ego’ de Pedro González, humorista y empresario colombiano, es el protagonista de nuestro programa ‘Pacho Javier, al aire’.

6 de abril de 2017

Cuando Pedro recibió el local en Suba en el que invirtió con su esposa, no tenía idea que le iba a tomar 11 años en lograr el punto de equilibrio para los restaurantes de ‘don Jediondo- sopitas y parrilla’ de los cuales hay 52 puntos en el país.

Él reconoce que su señora y su hija son el alma de la empresa, que ya tiene 500 empleados. Ellas son las que se encargan del personal, los proveedores, de la estrategia y de buscar más locales en el territorio nacional ya que como él dice, está más a cargo de la imagen, claro está sin descuidar a quienes lo han acompañado en esta aventura.

González dice que la fama de su empresa no llegó ‘de primerazo’ ni nada por el estilo, primero montaron con su señora un  negocio de pañales pero que no vendió ni una sola unidad, “como que ese año, los bebés no hicieron popó”, dice. Y después intentaron con una panadería “pero se nos ‘entiesaron’ los roscones”, recuerda.

La fama no llego´de un día para otro. Cuando Pedro llegó a Bogotá, lo hizo por una bicicleta que quería comprar para terminar su secundaria en Sáchica, el pueblo cerca a su tierra, Sutamarchán. Pero cuando llegó a la capital, con solo 17 años, le dijeron que mejor se quedara, que para qué se iba a devolver. "Siempre duraron harto tiempo, como dos horas convenciéndome, eh, y me quedé", recuerda. 

Así fue como inició su carrera, estudió comunicación social en la universidad INCCA y de allí dio el salto a los medios de comunicación. Fuera de cámaras nos contó que alguna vez Arturo Calle le dio el consejo que suele contarle a todos: "Me dijo, ‘vea Pedro, no alquiles locales, es mejor que los compres. Y yo le dije, ‘Claro don Arturo, eso lo podrá hacer usted que puede, pero alguien como uno".

Cuando abrió, los primeros días fueron duros: "El primer día vendimos una gaseosa. El segundo día vendimos como dos gaseosas y una arepa y yo decía Dios mío en qué me metí y yo me pensaba era en ponerle aviso que se arrienda otra vez". Pero afortunadamente, las cosas se fueron dando, claro está después de revolucionar la idea y cambiar la imagen. 

Esta historia no termina, porque Pedro tiene planeado seguir abriendo más restaurantes a lo largo y ancho del territorio nacional, porque más que la experiencia gastronómica, desea seguir mostrando la cultura y sus raíces boyacenses, algo que le ha dado el reconocimiento nacional e internacional que tiene.