Presidente de Totto, Jonathan Bursztyn. | Foto: Archivo Semana

Negocios

Un morral de consejos para emprendedores

FinanzasPersonales.com.co habló con uno de los emprendedores más destacados del país, el presidente de Totto, Jonathan Bursztyn, quien cuenta las lecciones aprendidas en la formación de empresas.

21 de julio de 2012

En un pequeño taller de manufacturas de cuero, ubicado en una bodega muy antigua de Bogotá, Yonatan Bursztyn, empezó hace 24 años una compañía que hoy es una de las más reconocidas en Colombia y América Latina: Totto.

Esta trayectoria y recorrido le permitió a Bursztyn ganarse el premio al Emprendedor Máster del Año, un concurso liderado por Ernst & Young, en alianza con la Revista Dinero y Endeavor.

finanzaspersonales.co habló con Bursztyn y aunque asegura que no existe una fórmula para hacer negocios, dijo cómo había sido su experiencia en la creación de su propia empresa:

-No es necesario saber de un tema: Siempre tuve la ilusión de tener mi propio negocio y desarrollar una marca. Aunque no tenía conocimiento del sector, entré en el negocio de las maletas.

-Tenerse confianza: Creer en uno mismo y en el proyecto que empiece a desarrollar. Uno toca muchas puertas y no a todos les gusta. Esto hace dudar. Sin embargo, uno empieza a recibir señales que va por el buen camino, señales de los clientes.

-Nunca falta la pasión: Suena a cliché, pero la pasión es uno de los motores más importantes. El amor por lo que se hace debe estar presente en todo momento.

-Buscar los mejores elementos: Las personas son el activo más valioso que tiene una empresa. Buscar un personal excelente es una de las claves del éxito. Uno no se las puede saber todas, pero si puede conseguir personas que le ayuden a desarrollar el proyecto y a sacarlo adelante.

-Ver lo que otros no han visto: Cada negocio tiene su reto. En el caso de Totto era lanzar una nueva marca. Tratar de hacer algo diferente a los demás y no copiar. El que copia ciento por ciento tiene menos posibilidades de alcanzar el éxito.

-Arriesgarse: Haber propuesto en la categoría de morrales un buen producto y a la moda fue fundamental. Cuando empezamos había productos básicos, planos, simples y con poca funcionalidad. Nosotros empezamos a innovar. El reto estaba en que aceptaran el cambio y arriesgarse a proponer algo nuevo.

-Aprender a manejar la caja: Una de las presiones al principio era que los recursos eran limitados y tenían que ser comercializados rápido. Hay una carrera contra el tiempo por empezar a generar recursos propios. La parte financiera nunca deja de preocupar. Cuando los pagos se demoran, generan un desbalance. Creo que el mayor riesgo financiero está durante los primeros cinco años de iniciar el negocio.

-Paciencia: Los negocios buenos toman su tiempo para empezar a caminar y si son buenos requieren capital. Al principio se requiere mucha paciencia, perseverancia e insistencia.

-Ojos y oídos abiertos: Lo mejor es trabajar en equipo y buscar soluciones en conjunto, compartir las decisiones. La fórmula cambia todo el tiempo. Por esto hay que estar con los ojos y oídos abiertos para estar atento de la evolución y de lo que pide el consumidor.

-No todo gusta: Nunca se me pasó por la mente declinar, por más que hubieran resbalones. Uno debe ser consciente que no todo lo que se hace gusta, pues hay un porcentaje de productos que no tienen acogida. Lo importante es que uno se vuelva más asertivo en los productos y en los artículos que saca al mercado. Esto le enseña que es lo que no se debe hacer y a evaluar por qué no se vendió. En los fracasos de los productos hay mucho que aprender.