El vino ha sido desde hace décadas un bien en el que muchos han querido invertir por su revalorización a largo plazo.

Ahorro e Inversión

Tres inversiones fuera de lo común

Al hablar de inversión, siempre se nombran las acciones, los activos, inmuebles y demás. FP le da a conocer cómo es la inversión en algunos de los objetos más cotidianos y si son rentables.

28 de mayo de 2014

Si siempre ha querido diversificar su portafolio de inversiones, pero no solo con los vehículos habituales, aquí le contamos tres alternativas que pueden ayudarle a obtener una rentabilidad importante, fuera de lo común.

Bebiendo su inversión:
El vino ha sido desde hace décadas un bien en el que muchos han querido invertir por su revalorización a largo plazo y por su oferta relativamente limitada. Además, invertir en vino es una opción considerada por muchos simplemente por el hecho de ser tangible y consumible, ganándose así la confianza del inversor.

El vino como bien de lujo “raramente tiene un riesgo elevado”, según confirma Carlos Andrés, especialista en inversiones: “el único riesgo que amenaza a la inversión en el vino es el exceso de producción”.

Por otro lado, la creciente demanda de vinos europeos en los países asiáticos así como en los mercados tradicionales (Europa e EE.UU.) ha aumentado la rentabilidad del vino. La demanda creciente de países como China (uno de los países con menos consumo) prevé aumentar la importación de vino en un 39,62% desde este año hasta 2016, según datos del informe de Berry Bros. & Rudd (BBR), minorista londinense de Vinos Finos.

Obras que se valorizan:
En los últimos años el mercado del arte ha ido ganando cada vez más peso. Para introducirse en él con la mayor seguridad y rentabilidad posibles es importante conocer ciertos criterios. Es posible invertir en obras originales desde unos pocos pesos hasta límites insospechados. La obra más cara de la historia a día de hoy es Los Jugadores de Cartas, de Paul Cézanne, que fue adquirida por la familia real de Qatar por 220 millones de euros.

Las obras que requieren una menor inversión son las de arte contemporáneo, pero tienen la contrapartida del riesgo. Del otro lado, se encuentran las obras históricas, que requieren un mayor desembolso pero poseen una rentabilidad segura a corto-medio plazo.

“Cada vez que una obra de los grandes maestros sale a subasta se suelen alcanzar cifras millonarias ya que se trata de una inversión muy segura: es decir, el comprador sabe con casi total seguridad que puede vender esa obra en unos 10 años y recuperar la inversión”, apunta Ana Trigo, tasadora internacional de arte.

En el mercado del arte hay que diferenciar entre el mercado primario y el secundario. El primario es el mercado entre el coleccionista y la galería. El secundario es el que se realiza a través de subastas. Las casas más prestigiosas a nivel mundial son Christies y Shoteby’s.

Lo que se recomienda es que si se quiere tener éxito en la inversión debe leer libros, revistas y catálogos especializados o asistir a seminarios pueden ser buenos caminos para ayudarle en su experiencia. Además, se aconseja “no comprar nunca a primera vista” y exigir toda la documentación existente sobre la obra, prestando especial atención a las “lagunas” de procedencia y si se tiene dudas “consultar los archivos online de las webs del FBI o de la Interpol”.

Inversión a alta velocidad:
¿Le gustaba jugar de niño con autos? Bueno, los carros clásicos, como muchos otros artículos vintage, aumentan su valor con el tiempo. Y a pesar de que el paso de los años tiene el efecto natural de depreciar la tecnología, los coleccionistas de coches de época invierten en ellos en primer lugar como afición, sabiendo que el pago por la inversión “siempre será recuperable”, explica Juan Gil, conocedor de este tipo de activos.

Para Manuel Troncoso “nada iguala los beneficios del mercado de coches clásicos debido al aumento de la demanda frente a la imposibilidad de incrementar la oferta”. Según él, la demanda ha crecido tanto en mercados emergentes (Rusia o India), como por nuevos inversores que prefieren apostar por bienes tangibles en vez de activos en Bolsa. Para invertir en coches clásicos, el comprador debe estar bien asesorado y “elegir un coche que suponga algo personal para él”, aclara.