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Adicciones

El lado oscuro de endeudarse por jugar

Entre las formas de ganar dinero fácil está la de las apuestas y los juegos, que pueden llegar a desencadenar una adicción en las personas que terminará afectando, por completo, toda su vida.

Katherinn Cuervo
13 de julio de 2016

Carlos* es un hombre que tenía una vida tranquila, según sus posibilidades. Pero cuando experimentó la opción de ganar dinero fácil participando en casinos, su vida dio un giro de 180 grados. Su adicción a los juegos llegó a tal punto que no podía tener ningún billete en la mano porque inmediatamente corría a apostarlo y es así como su salario, el dinero de sus amigos y familiares, hasta el que reciben al empeñar sus pertenencias; termina en este sitio.

Incluso, si lo pierden, “uno se dice a sí mismo que esa plata que se perdió la pude haber gastado por ejemplo, en una fiesta de fin de semana, pero es tan solo una forma de darse pañitos de agua fría”, relata Carlos. Y es que una cosa es jugar de vez en cuando a esto, como una “polla” por un partido, por ejemplo, pero cuando ingresa al mundo de los casinos, tiene probabilidades de sumergirse en una adicción parecida al alcoholismo o la drogadicción llamada ludopatía.

En los casinos los juegos son de suerte y azar, puede encontrar juegos como las máquinas electrónicas tragamonedas, las ruletas, las apuestas de carreras y las mesas de póker. Todos ellos, incluso, ofrecen opciones de apuestas económicas que pueden ayudarle a ganar hasta 35 veces lo apostado.

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El verdadero problema surge cuando usted se encierra y pierde la noción del tiempo, pues en el sitio no hay ventanas y el ambiente y su iluminación es suave, con las alfombras atractivas para el cerebro y agradables para la vista, todo acompañado de la posibilidad de beber alcohol, una bebida deshinibidora; es decir, el escenario perfecto para tomar decisiones inconvenientes.

“El que juega por necesidad, pierde por obligación” ¿Ha escuchado esta frase? Parece ser la mejor definición de un ludópata. Este trastorno no diferencia clase social, asisten personas millonarias que lo han perdido todo y personas pobres que se gastan lo poco que tienen. Al respecto Carlos nos cuenta que se ve gente de clase alta, media y bajo y que todos apuestan millones en hasta menos de cinco minutos.

Sin embargo, la afinidad al juego depende también del tipo de sexo, pues según la médica psiquiatra y directora de la Fundación Colombiana de Juego Patológico, María Pilar Jaimes, varias investigaciones han arrojado que en una proporción de cuatro a dos, los hombres juegan más póker y ruleta y las mujeres bingo o máquinas tragamonedas, además la adultez temprana entre los 22 a los 35 años de edad es más usual la enfermedad.

“Suerte de principiante”

La forma como llegan las personas al casino puede variar: “yo fui por influencia de un amigo, fui a conocer de qué se trataba”, comenta Carlos. Y es que, según explica la experta Jaimes, para ser considerado ludópata pueden pasar días, meses y hasta años que todos los casos no se presentan de la misma forma, pero que son tres las fases por la que pasa un jugador para llegar a este punto:

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1. Fase de ganancia: casi siempre la primera vez que usted apuesta, gana. Y pues ¿a quién no le gusta obtener dinero fácil? la adrenalina del juego y la satisfacción que se siente al ganar, es el primer paso para volver. Los jugadores, con la ilusión que tienen de ser ganadores, comienzan a crear sus propias estrategias. “Uno hace hasta cábalas de creencias, entonces usted cree en sus números de fechas especiales o que empiezan a caer mucho y le empieza a gustar a uno porque sí. Hay apostadores que hacen hasta cálculos como multiplicaciones”, dice Carlos.

2. Fase de pérdida: cuando empieza a perder más de lo que tenía pensado: tenía $100.0000 apartados para jugar pero los perdió y empezó a gastarse el dinero de los recibos de su casa, lo del arriendo, lo de la gasolina y la cuota para la universidad. La vocera de la Fundación Colombiana de Juego Patológico dice que “esto es como una bola de nieve: se empieza perdiendo poco y luego más y más, porque uno aprende la dinámica del juego y así mismo, a apostar más dinero”.

3. Fase de desesperación: sucede cuando se sumerge en las pérdidas. Son situaciones extremas cuando ya ha perdido hasta los bienes familiares y se le agotan las oportunidades de endeudamiento. En Carlos, su “extremo fue utilizar las tarjetas de crédito y pedir prestado, las lleve al tope”

¿Qué se ha hecho?

Se debe tener en cuenta que así como se legalizan las industrias de juego, tanto el Estado como la industria deben tener una responsabilidad social frente al jugador. Finalmente los ciudadanos se ven afectados en su salud. Jaimes nos cuenta que, como Fundación, presentaron durante el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe un proyecto de ley que pretendía obligar a la industria del juego a proteger al jugador.

Dicho proyecto alcanzó a pasar dos plenarias y lamentablemente no continuó. La idea de este tipo de propuestas es promover conductas por parte de las empresas como lo hacen en otros países. Por ejemplo, si detectan que alguien muy seguido o ven a una persona que está certificada con trastorno patológico, deberían no dejarlo entrar.

Por otro lado, existen los grupos de apoyo o fundaciones que realizan tratamiento para esta adicción, que implican el reconocimiento del problema por parte del paciente y un programa de rehabilitación en el cual el paciente no entra a un casino ni vive cerca de él, entrega el dinero a un tercero para que se lo administre, realiza otro tipo de actividades que lo distraigan y hay un acompañamiento familiar.

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