Lo importante es fijarse en los hábitos que solía tener para hacer rendir su presupuesto cuando era estudiante.

Finanzas

Los hábitos de estudiante que debería tener en vigencia

¿Recuerda cómo podía vivir con su limitado presupuesto de estudiante? Si es así, sabrá que existían hábitos que le ayudaban a ahorrar en sus movidas financieras. Hábitos que posiblemente aún le puedan seguir ayudando.

30 de junio de 2014

Tal vez hoy en día. Usted se pregunte cómo antes, cuando era estudiante podía hacer todas las cosas que quería y de alguna forma, le alcazaba para todo. Bueno, además de la gran diferencia en las responsabilidades actuales con respecto a aquella época, lo importante es fijarse en los hábitos que solía tener para hacer rendir su presupuesto, de los cuales, algunas cosas podrían seguir vigentes.

A continuación, FP le muestra qué comportamientos de sus épocas de estudiante le vendrían bien a sus finanzas de profesional:

1. Pensar más en el retorno de la inversión.

¿Recuerda la lista de pros y contras que hizo al escoger carrera? Esa experiencia, dice Erin Lowry, fundador de BrokeMillennial.com y administrador de contenidos para MagnifyMoney, le puede ayudar con las grandes compras en el futuro.

Es por esto que es prudente sentarse papel en mano a determinar los riesgos y beneficios de la nueva compra. Trate de resumir estos datos de manera consciente, de modo que pueda saber en qué invierte su dinero y por qué.

2. Ofertas y promociones.
¿Recuerda cómo tenías el don de encontrar los lugares más baratos para comer y sabía en dónde recibía descuentos por ser estudiante? Bueno, nadie dice que siga comiendo en esos lugares, pero trate de encontrar lugares que se ajusten a su gusto y que le hagan bien a su presupuesto. Inscríbase en un grupo o explore cuándo puede tener descuentos, por ejemplo con el carnet de egresado o la tarjeta de beneficios de algún almacén o productos que compre.

3. Estudiar hasta el amanecer.
Aunque pudo haberse despedido de los ensayos y trabajos al graduarse, el doloroso proceso de investigación puede seguirle siendo muy útil –y menos doloroso– si lo aplica a las cosas que compra en la edad adulta. Hacer investigación es una herramienta increíblemente eficaz e infrautilizada, pues dependiendo de la adquisición o inversión, sólo una hora de investigación y llamadas telefónicas le pueden ahorrar miles de pesos. Por ejemplo con la compra de un auto: puede comprar uno nuevo cada cinco años en el concesionario y perder miles en depreciación, o puedes invertir unas ocho horas cada cinco años para comprar uno usado en los anuncios clasificados y reducir ese costo en 75%.

4. La previa.
Aunque el término es poco elegante, el concepto general de comer y beber en casa antes de salir de fiesta indica que, en el establecimiento comercial podrá comer y beber con sensatez, lo que le ahorrará dinero.

5. Compartir apartamento.
Esto es menos un hábito y más una condición cuando se es universitario. Sí, no tendrá un espacio absoluto, y tendrá que compartir reglas y espacios, pero si aún sigue soltero, tenga en cuenta todos los gastos no correrán completamente por su cuenta. Además podrá estar acompañado.

6. A la antigua.
Seguramente le preocupaba muy poco el precio de la gasolina cuando estaba en la universidad; el transporte público o la caminata no eran una idea descabellada. Pues bien, intente replicar eso en su vida como egresado tanto como sea posible. Además de activarse físicamente, es también más saludable e incluso podría ahorrarle dinero o la necesidad de ir a un gimnasio. Caminar es más barato que mantener un auto, como también es más barato cocinar en casa que comer en la calle (y también más saludable).