Los esfuerzos de inclusión financiera, la mejora de los pagos gubernamentales y la modernización de la infraestructura económica.

Informe

El efectivo, ¿limita el desarrollo económico?

El dinero efectivo, que en Colombia continúa siendo lo forma de pago predominante, es un factor que limita el desarrollo económico del país. Así lo concluye el estudio más reciente de MasterCard.

21 de enero de 2014

"La evaluación del costo social del efectivo", como se llama el análisis, analiza los efectos limitantes del efectivo en la economía, consumidores, negocios y gobiernos de Colombia, Brasil y México, y expone cómo un aumento de las transacciones electrónicas beneficiaría, entre otras cosas, al PIB de estos países.

“Históricamente, el efectivo ha sido un impulsor clave de crecimiento económico y social. Sin embargo, ahora podemos ver cómo el costo directo e indirecto del mismo (así como sus limitaciones) hace que esto ya no sea así", explicó Gabriele Zuliani, Vicepresidente Sénior de Productos Débito de MasterCard para Latinoamérica y el Caribe.

Así mismo, agregó que “los pagos electrónicos ofrecen muchos beneficios que podrían generar prosperidad económica mediante, por ejemplo, un incremento en el PIB, el aumento de ingresos por impuestos, e ingresos domésticos para los no bancarizados".

Los costos directos del uso del efectivo están relacionados con aquellos recursos que destinan las empresas y de gobiernos para su elaboración y administración, como la emisión de billetes, transporte, resguardo y prevención de la falsificación. Más importantes resultan aquellos costos indirectos, causados por el costo que genera el uso del dinero, pues éste fomenta la economía informal y la exclusión financiera, dificulta la detección de los delitos financiados con efectivo (pues no hay transacciones que queden registradas e identificadas) y la evasión impositiva habilitada por el efectivo.

A la luz de este estudio se concluye que los gobiernos tienen la capacidad de enfrentar el costo social del efectivo. En ese sentido, Colombia, Brasil y México ya han realizado inversiones significativas y han alcanzado resultados notables al impulsar los pagos electrónicos. Sin embargo, la investigación destaca que aún existen beneficios por alcanzar:

• Un aumento del 25% de los pagos electrónicos representa un crecimiento de entre un 1,67% y un 2,89% del PIB, resultado de las reducciones de conductas impositivas ilícitas.

• Los tres países, según su alcance, se beneficiarían no sólo con el traslado del PIB no oficial a la economía formal sino, probablemente, con beneficios impositivos acumulativos que podrían oscilar entre el 5% y el 44%, según el modo de implementación de las medidas.

• El aumento de la inclusión financiera por medio de la entrega de efectivo mediante formas de pago electrónicas, así como el aumento de soluciones de pago domésticas, presentan un potencial de mejora significativo en países con altas tasas de exclusión financiera.

• Podría desarrollarse una estrategia para estimular e impulsar los pagos electrónicos y en paralelo los gobiernos podrían desarrollar aún más los programas de microfinanciamiento. Esto podrían hacerlo implementando el desembolso de fondos por medio de instrumentos de pago electrónico. De esta forma, también se impulsaría la creciente demanda de microfinanciamiento en Colombia, Brasil y México.

En esencia, los esfuerzos de inclusión financiera, la mejora de los pagos gubernamentales y la modernización de la infraestructura económica, son elementos clave para impulsar los pagos electrónicos y reducir los costos sociales del efectivo.

Zuliani concluye que: “Una sociedad con menor uso del efectivo tiene una correlación directa con una sociedad económicamente próspera. Estamos ante una oportunidad para impulsar la integración de los pagos electrónicos, que pueden ayudar a alcanzar el crecimiento económico, como está ocurriendo exitosamente en otras regiones del mundo.

Existe un esfuerzo global para avanzar hacia la inclusión financiera y la prosperidad económica, pero esto solo puede realizarse a través de la acción colaborativa, lo que abarca a los gobiernos, los jugadores clave de la industria financiera, los centros de conocimiento y la comunidad de desarrollo global”.