Una economía cada vez más sólida, bajas tasas de inflación y una escasa rentabilidad de las letras Tesoro, son factores que sugieren que las acciones pueden aumentar aún más. | Foto: corbis

Inversión

Dos advertencias para inversionistas en septiembre

Russ Koesterich, director administrativo, estratega principal de inversiones globales de BlackRock y de iShares realizó un balance de lo que pueden esperar los inversionistas en el mercado accionario para el mes del amor y la amistad.

8 de septiembre de 2014

Si es de los que quiere saber qué debe tener en cuenta a la hora de invertir. Quédese leyendo este análisis que Koesterich, director administrativo de BlackRock hace sobre lo que puede esperar en Septiembre.

Suben las acciones, pero también la volatilidad
La semana pasada, aumentaron las acciones nuevamente, pues en el mes de agosto el mercado bursátil cerró con acciones significativamente más altas. El índice Dow Jones Industrial Average aumentó un 0,35% y cerró la semana en 17.098, el índice S&P 500 subió un 0,55% y cerró en 2.003 y el índice Nasdaq Composite subió un 1,06% y cerró en 4.580.

Mientras tanto, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años registró un descenso del 2,41% al 2,34%, con el consecuente aumento de las tasas de interés.

No obstante, tal como ocurrió con las acciones, también aumentó la volatilidad diaria promedio en agosto. Se prevé que esta tendencia continúe durante el último trimestre del año. Si bien es posible que aumenten aún más las acciones, se les recomienda a los inversionistas actuar con cautela. Una política monetaria más estricta junto con los riesgos geopolíticos podría ocasionar un incremento en la volatilidad. Además, estamos a punto de comenzar el mes históricamente más débil del año en lo que respecta a las acciones.

Las acciones se ven respaldadas gracias a las noticias de progreso económico
Aunque el mes tuvo un difícil comienzo, aumentaron significativamente las acciones en agosto. A nivel global, las acciones registraron un alza del 2,50% en los Estados Unidos, y los mercados emergentes obtuvieron la rentabilidad más sólida. La semana pasada contribuyó a las alzas, ya que el índice S&P 500 cerró por encima del umbral de 2.000 puntos por primera vez (16 años después de su primer cierre por encima de 1.000).

Los datos económicos sólidos contribuyeron al aumento de las acciones dado que la semana pasada se dieron aún más evidencias de la recuperación económica de los Estados Unidos. La mayoría de los datos del país fueron sólidos, con la notable excepción del sector de ingresos y gastos, que aún se muestra débil pues decayeron inesperadamente los gastos personales en julio por primera vez en seis meses. No obstante, se modificó al alza el producto interno bruto (PIB) del segundo trimestre, con el aumento más rápido en la inversión fija desde el tercer trimestre de 2011. Asimismo, otro indicio de que las tasas hipotecarias más bajas respaldan al mercado inmobiliario es que las ventas pendientes de viviendas aumentaron en un 3,3% el mes pasado. Además, las acciones se vieron respaldadas gracias a la constante actividad de fusiones y adquisiciones y a las tasas de interés obstinadamente bajas a largo plazo.

¿Se espera un desvanecimiento en septiembre?

Pese a esto, a medida que se aproxima el cuarto trimestre, los inversionistas deberían tener en cuenta dos aspectos.

En primer lugar, son favorables las condiciones para que continúe aumentando la volatilidad. La volatilidad diaria promedio fue aproximadamente un 15% más alta en agosto que durante los tres meses anteriores, aunque decayó durante el transcurso del mes. En la medida en que siga habiendo datos económicos sólidos, un posible efecto secundario es que la Reserva Federal se centre aún más en un primer aumento de las tasas. Es probable que las condiciones monetarias ligeramente más restringidas respalden la tendencia hacia una volatilidad un tanto más alta.

Asimismo, siguen latentes los riesgos geopolíticos. Aun cuando los inversionistas pasan por alto cada vez más el creciente conflicto en Ucrania, en la medida que siga empeorando la situación, es posible que se produzca un retroceso abrupto en el impulso de las acciones.

En segundo lugar, nos acercamos a un periodo históricamente débil para las acciones. Generalmente, no confiamos demasiado en las tendencias de temporada, ya que casi todas resultan ser solo parte de estadísticas que no se cumplen. No obstante, septiembre parece ser diferente. Si se observan los datos de los Estados Unidos desde hace más de 100 años, septiembre se destaca por ser un mes con registros estadísticamente significativos de un rendimiento poco satisfactorio de las acciones. Lo interesante es que esta tendencia no solo se registra en los Estados Unidos, sino también en mercados tan alejados como Alemania, el Reino Unido e, incluso, Japón.

Aun así, una economía cada vez más sólida, bajas tasas de inflación y una escasa rentabilidad de las letras Tesoro, son factores que sugieren que las acciones pueden aumentar aún más y que probablemente lo hagan hacia fin de año.

Sin embargo, en el corto plazo, dadas la estacionalidad y las contemplaciones negativas respecto a los crecientes riesgos geopolíticos, recomendamos que los inversionistas actúen con cautela a medida que nos adentramos en la nueva estación.