| Foto: Ingimage

Tips de dinero

Necesidades vs. Deseos

Una vez usted logra comprender la diferencia entre estas dos palabras e identificarlas en su día a día, sus hábitos financieros mejorarán notablemente.

23 de diciembre de 2015

Haga el siguiente ejercicio: cierre los ojos y retroceda a algún momento de su infancia cuando se encontraba en un centro comercial o en un almacén y vio un juguete que realmente le gustó. Quizás tenía menos de 9 años y le dijo a sus padres que lo quería tener. Pero, en su contra, la respuesta fue un rotundo “no”. Entonces, usted quizá hizo una pataleta o algún reclamo al estilo “yo lo quiero”.

Pero quizás la respuesta de su padre estuvo relacionada con que “no tenía dinero” o “en este momento no podemos comprarlo”. Entonces, esta fue la primera lección que usted pudo haber recibido en que hay cosas que usted puede desear pero no, necesariamente, necesitar.

No obstante, a lo largo de la vida estos dos conceptos pueden volver a mezclarse y, es allí, donde usted empieza a darse cuenta que su presupuesto no es lo que realmente había planeado y que puede estar gastando más de lo que está ganando o de lo que había planeado hacerlo.

FP le recomienda “El lado oscuro de ser súper ahorrador”.

Y este dilema suele complicarse aún más cuando usted pide una opinión a un familiar o a una persona cercana: la percepción de una ‘necesidad’ y de un ‘deseo’ puede variar dependiendo de la cultura, de la historia personal y del estilo de vida de cada persona. Entonces, podría venir bien si hacemos un repaso a la lección:

Necesidad

Son las cosas básicas que puede llegar a necesitar cualquier persona para su subsistencia y una calidad de vida mínima. Aquí se incluye la alimentación, la vivienda, los servicios públicos, la ropa y el transporte. Y aunque pueden ser aspectos que también ingresen en la categoría de deseos, los convierte en necesidad porque, de no tenerlos, usted puede correr riesgos de salud o seguridad.

Ahora, una cosa es tener dónde vivir y otra es comprar una casa. Pagar el arriendo es una necesidad equivalente a pagar la cuota de la casa, aunque esta última opción se vea como un “deseo”. Lo mismo puede suceder con la ropa: esto no implica que usted deba estar cambiando su armario cada mes por necesidad, sino que debe contar con aquella que le permita soportar el frío y que esté en buenas condiciones.

Lo ligeramente necesario

Wisebread usa esta categoría para denominar a aquellas cosas que, bajo cierto contexto, pueden estar ligadas a las necesidades básicas. Por ejemplo, aquí se pueden incluir todo lo relacionado con el fin de mantener su trabajo y su salud. Quizás su cargo requiera que usted siempre vaya de traje, así que es una necesidad que esté bien vestido y presentado o que requiera pagar un tratamiento médico especializado para sus juanetes, porque si no lo hace, puede dificultársele caminar.

Es muy fácil confundir y justificar alguna compra si la clasifica dentro de esta categoría, así que esta habilidad de realmente saber cuándo es un gasto que termine siendo una inversión y cuándo no, es algo que sólo se desarrolla con el tiempo y siendo sincero con usted mismo.

Lea también “Fallas típicas que se cometen cuando se está ahorrando”.

Los deseos

Aquí entra cualquier otra categoría, producto o servicio que no ingresó en las dos anteriores; así que la mayoría de sus últimas compras muy probablemente quedarían etiquetadas aquí. Si usted realmente fuera consciente de esta estrategia tan básica y sencilla la próxima vez que vaya a hacer alguna nueva adquisición, se dará cuenta de cómo su sueldo empezará a durar más.

No es fácil y muchas veces la tentación de los buenos precios o los descuentos nos pueden llevar a hacer esas compras innecesarias, incluso, en las cosas más básicas: compro de una vez una docena de galletas porque están muy económicas. Y cuando pasan los meses, se da cuenta que, aunque era para satisfacer una necesidad de alimentación –aunque no tan básica-, se le pasó la fecha de vencimiento y ya no se las puede comer.

La pregunta es básica: ¿lo necesito para vivir? Si la respuesta es afirmativa, no dude en comprarlo, si no, ahórrese ese dinero.

No se pierda “Los peores errores financieros por cada edad”.