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Inversionistas

Derechos fiduciarios hoteleros: una opción de inversión

Una opción de inversión que promete 1% de rentabilidad mensual no es nada despreciable y siempre es bueno considerarla. Según Diplomat Hotbiels, operador hotelero, un derecho fiduciario renta 0,4% por encima de la finca raíz en promedio. En qué consiste este tipo de inversión.

29 de diciembre de 2013

Los derechos fiduciarios hoteleros están en el primer lugar de rentabilidad para quienes invierten en finca raíz pues generan cerca del 1% mensual, mientras la vivienda está, en promedio, en el 0,6%.

“Desde hace unos años en Colombia están tomando fuerza los modelos probados con éxito en las grandes potencias. En estos nuevos esquemas, el objetivo es reducir el riesgo que representa tener una propiedad completa (que requiere costos y tiempos de mantenimiento constante). La hotelería, por su parte, es un negocio que genera alta rentabilidad no sólo por la ocupación de las habitaciones sino por los consumos y alquiler de salones para eventos”, comenta Luis Fernando Correa, presidente de la Red Empresarial que lleva su nombre y quien lleva cerca de 30 años desarrollando hoteles en el país y Latinoamérica.

Esta red empresarial planea construir 100 hoteles que estarán bajo las franquicias de Wyndham Worldwide –que es propietaria de marcas como Tryp y Wyndham y es la más grande del mundo con más 7.200 hoteles-.

La figura de derechos fiduciarios consiste en fraccionar la totalidad de la propiedad y ponerla a disposición de los inversionistas quienes pueden comprar dichas fracciones desde $70 millones. Esta cifra representa una quinta parte de una suite y promete utilidades superiores al 1% mensual.

Las ventajas

Widham Worlwide recomienda esta inversión primero porque el dueño de la fracción no estará obligado a atender los caprichos o necesidades que le surgen cada mes al inquilino de vivienda (tubos rotos, cambios de tapetes o pinturas, daños, problemas de mora, etc.) pues el operador hotelero será el encargado de mantener ocupado el hotel y de mantener en óptimas condiciones el edificio.

Además, los hoteles nuevos no tienen que pagar impuestos pues el gobierno ofrece una exención tributaria por 30 años para quienes invierten este tipo de proyectos. El modelo de derechos fiduciarios garantiza que no hay que pensar en reservas para las cuotas extraordinarias ni reparaciones gracias a que el total del edificio es administrado por grandes cadenas hoteleras.

El éxito de este y todos los proyectos inmobiliarios es el administrador y todas las estrategias y conexiones que tenga para atraer inquilinos, en este caso de hoteles turistas y ejecutivos de muchos rincones del mundo y, así, mantener la ocupación.

Cómo se reparten las ganancias

Como la propiedad completa pertenece a todos los inversionistas, la utilidad mensual se distribuye de forma proporcional a la cantidad de derechos fiduciarios. Así queda abierta una importante gama de negocio para todas las clases sociales.

Por otro lado, en caso de necesitar liquidez, basta con poner a la venta ese derecho fiduciario que se comercializa exactamente igual que cualquier propiedad o compra sobre planos. La hotelería logra una valorización muy interesante, incluso mayor que las que obtienen las demás propiedades como locales y bodegas.

En promedio, con una ocupación del 69%, los inversionistas reciben una renta del 1% mensual de su aporte. Mientras tanto, en la vivienda se está recibiendo cerca del 0,6% y el comercio 0,8%.

Finalmente, a la hora de querer liquidez, los derechos fiduciarios se comercializan igual que cualquier propiedad raíz y obtienen las mismas valorizaciones que el sector donde se levanta el proyecto.

Sobre el funcionamiento del negocio de los hoteles

Las ganancias no sólo de la ocupación sino de recepciones, alquiler de salones, consumo de alimentos y bebidas y demás eventos se distribuyen entre los inversionistas de acuerdo a su respectiva participación

Los costos de la operación y del mantenimiento preventivo y correctivo se descuentan de los ingresos, así el propietario jamás debe preocuparse de problemas logísticos ni de la conservación del bien pues es tarea del operador.