| Foto: Dinero.com

Blog

Claves para la innovación en las empresas familiares

Los expertos están preocupados por el presente y el futuro de la innovación, y con motivo, porque hay escasez de recursos financieros y humanos.

Pablo Álamo
29 de mayo de 2013

En un contexto de crisis, muchos empresarios se dejan invadir por el pesimismo. El caso más reciente es el de España. Los expertos están preocupados por el presente y el futuro de la innovación, y con motivo, porque hay escasez de recursos financieros y humanos, se evidencia poca demanda nacional, una falta de cultura de apoyo a la innovación en los mercados financieros y un tendencia irrisoria a la colaboración por parte de las empresas.

Los datos que presenta el informe COTEC 2012 son contundentes. Este informe, que recopila datos oficiales y los indicadores de la situación de la innovación y de la tecnología en España respecto a los países de referencia en innovación, concluye que se ha producido un claro deterioro del sistema español de innovación, que va a mantenerse durante los próximos años.

En Europa, destacan los casos de Alemania y Francia que, a pesar de la crisis, van a aumentar este año la inversión en innovación. Estos países han entendido que hay una necesidad urgente de impulsar la innovación y la I + D como pilares del modelo productivo.

Es necesario cuidar y proteger el sistema de innovación local, regional y nacional, porque es la base de la competitividad futura. Asia, que superó en inversión en I + D a Europa en el 2005, lo entendió hace tiempo. Mientras que la inversión en innovación en Europa era del 55%, en China no baja del 70%.

La innovación en España está por debajo de la media europea en muchos aspectos fundamentales. Uno de ellos es vital, que es el de entender la innovación como una realidad creativa, sistémica y colaborativa. En efecto, entre las empresas con actividades de innovación en la Unión Europea, 1 de cada 2 compañías cooperó con otras empresas, universidades o institutos de investigación, mientras que el 66% restante innovó utilizando solo sus propios recursos. En el caso español, sólo el 18, 7% de las compañías innovadoras colaboraron con terceras partes.

Especialmente importante es impulsar la innovación en las empresas familiares, porque no es posible pensar en el futuro sin un rol de liderazgo de las empresas familiares en la innovación. Ésta debe dejar de ocupar un segundo plano en los intereses de la gerencia familiar. Para ello, la ley y los incentivos fiscales han demostrado ser una gran ayuda.

El peso de la empresa familiar en el tejido empresarial mundial es enorme, y no sólo porque más de dos tercios de las empresas familiares son familiares, sino porque a nivel nacional y local ejercen una influencia notable en el desarrollo sostenible del planeta.

Hay algunos factores que influyen en la capacidad innovadora de las empresas familiares: recursos financieros, acceso al crédito, la estrategia a largo plazo, la profesionalización de la gestión, la buena gestión del talento y muy especialmente el desarrollo del espíritu emprendedor en los sucesores, esto es, no permitir que se acomoden y a la vez lideren la gestión.

Con razón José Carlos Casillas, profesor de la Universidad de Sevilla, afirma que en la mayoría de las empresas familiares el fundador fue un innovador estratégico que hizo lo más difícil. Por eso, la tentación de acomodarse y perder ese impulso emprendedor es grande, y sólo puede evitarse con una gestión profesional y el espíritu emprendedor, construido desde la formación, el coaching y planes de carrera que estén incorporados al protocolo de familia y a un adecuado plan de sucesión.

Por último, quiero destacar la importancia del capital humano, un factor que incide directamente sobre la capacidad innovadora de las empresas y sobre el que a menudo no se le presta la suficiente atención. Una de las principales prioridades de los países más avanzados es el desarrollo de personas con mejores capacidades para la creatividad y la innovación.

De hecho, cualquier actividad innovadora depende en gran medida de que las personas sean capaces de generar conocimiento e ideas aplicables a sus entornos laborales. Necesitamos un nuevo tipo de educación, que el SENA ha entendido perfectamente, que compagine la educación y la formación práctica. La sociedad del saber no se puede construir sin la sociedad del hacer. Por eso las universidades están en el proceso de dejar de ser verdaderas universidades. Nos excusamos en la gente, en que cada vez llegan menos preparados, cuando el problema de fondo es otro bien distinto.

Pablo Álamo
PH. D. c. Economía y Empresa Universidad de Comillas
Empresa y humanismo
Universidad Sergio Arboleda
Twitter: @pabloalamo